LA TRANSFORMACIÓN NO ES UN EVENTO PUNTUAL, ES UN RECORRIDO.
A veces creemos que hemos sido transformados espiritualmente, pero nuestro comportamiento no refleja esta transformación. Es importante tener en cuenta que la transformación no solo es un evento puntual, sino un proceso continuo en el que debemos esforzarnos por crecer y caminar cada día más cerca de Dios. Si encontramos que aún tenemos actitudes o comportamientos egoístas, que nos quejamos de las dificultades del camino o que confiamos más en nuestros propios pensamientos que en la guía de Dios, podemos estar seguros de que aún tenemos un largo camino por recorrer antes de ser verdaderamente transformados. Es importante reconocer estos obstáculos y trabajar en ellos para poder avanzar en nuestro camino hacia la transformación espiritual.
SEÑALES DE QUE NO ESTAMOS CAMINANDO COMO UNA PERSONA TRANSFORMADA
No es humilde:
Una persona que no caminar correctamente en su transformación no mostrará humildad en su camino. En lugar de reconocer sus errores y limitaciones, seguirá pensando que sabe más y es mejor que los demás. La humildad es una virtud fundamental para una persona que busca ser transformada, ya que reconoce su dependencia de Dios y su necesidad de su dirección y guía.
Piensa en su propio deseo:
Cuando una persona se concentra en sus deseos y necesidades, en lugar de en los de Dios, se desvía del camino de la transformación. Esta persona no está dispuesta a hacer sacrificios o a seguir las enseñanzas de la Biblia, y por lo tanto no puede esperar ser transformada.
No quiere cambiar en el camino:
Una persona que no está dispuesta a cambiar no puede esperar ser transformada. Deben estar dispuestos a abandonar sus antiguos hábitos y pensamientos y a adoptar nuevos patrones de comportamiento y pensamiento que reflejen su nueva relación con Dios.
Confía más en sus pensamientos que en los de Dios:
Cuando una persona confía más en sus propios pensamientos y opiniones que en los de Dios, se desvía del camino de la transformación. Deben estar dispuestos a abandonar sus opiniones preconcebidas y a seguir la dirección de Dios, incluso si va en contra de sus propios deseos.
Se queja del camino:
La queja es un signo de falta de confianza en Dios y en su plan para la vida de una persona. Cuando una persona se queja del camino que está tomando, muestra que no cree en la dirección y guía de Dios.
Toma atajos en el camino:
Tomar atajos en el camino de la transformación puede parecer atractivo, pero en realidad solo lleva a la persona lejos del camino correcto. Deben estar dispuestos a seguir el camino de la transformación aunque sea difícil y a tener paciencia mientras Dios trabaja en ellos.
¿Cómo Camina Una Persona Transformada?
Nunca mira hacia atrás:
Una persona transformada se enfoca en el futuro y no mira hacia el pasado. En lugar de remorder o lamentarse por el pasado, esta persona se esfuerza por avanzar hacia la meta que Dios le ha establecido. Romanos 8:38-39 dice: “Porque estoy seguro de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo bajo, ni ninguna otra cosa creada podrá separarnos del amor de Dios que es en Cristo Jesús nuestro Señor.”
No se queja del cambio:
Una persona transformada entiende que el cambio es una parte necesaria del crecimiento y no se queja o resiste al mismo. En su lugar, abraza el cambio con gratitud y esperanza. Filipenses 4:11-13 dice: “No digo esto porque tenga escasez, pues he aprendido a estar contento en cualquier situación en que me encuentre. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia. Todo lo he aprendido en aquellas situaciones en que he estado y tengo la confianza de que puedo hacer frente a cualquier cosa por la fuerza que actúa en mí.”
Siempre va hacia adelante:
Una persona transformada no se detiene en el camino, sino que siempre avanza hacia adelante con determinación y fe. Filipenses 3:13-14 dice: “No pienso en lo que queda atrás ni me rindo. Al contrario, me dirijo hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece por medio de Cristo Jesús.”
Conoce el propósito de su transformación:
Una persona transformada comprende que su transformación no es solo para su propio beneficanso, sino que también tiene un propósito divino. Efesios 2:10 dice: “Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que las llevemos a cabo.”
Confía en quién lo transformó:
Una persona transformada confía en la obra transformadora de Dios en su vida y confía en que Él seguirá guiándola en el camino correcto. Filipenses 1:6 dice: “Estoy seguro de que aquel que comenzó en ustedes la buena obra, la llevará a cabo hasta el día de Cristo Jesús.”
Se fortalece y crece en el camino:
Una persona transformada entiende que el camino hacia su transformación no es fácil y que requiere esfuerzo y dedicación. Por eso, siempre está dispuesta a aprender y crecer espiritualmente. En la Biblia, encontramos en 2 Timoteo 3:16-17 que “toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto y completamente preparado para toda buena obra”. La transformación de una persona no es algo estático, sino que es un proceso continuo de crecimiento y fortalecimiento. Una persona transformada busca fortalecer su fe y crecer en conocimiento y amor de Dios para ser más efectiva en su misión de ayudar a otros.
Agradece en el camino:
Una persona transformada reconoce que su transformación es un regalo de Dios y, por lo tanto, está llena de gratitud. Agradecen por las bendiciones recibidas y por las dificultades superadas. La Biblia dice en Filipenses 4:6 “Sé agradecido en todo momento, porque esta es la voluntad de Dios para con ustedes en Cristo Jesús”. La gratitud ayuda a enfocarse en lo positivo y mantener una perspectiva correcta de la vida.
Siempre está dispuesto a ayudar a otros en el camino:
Una persona transformada no se limita a su propio crecimiento y bienestar, sino que está comprometida a ayudar a otros a alcanzar su propio crecimiento y transformación. La Biblia dice en Gálatas 6:2 “Ayuden a los demás a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo”. Al ayudar a otros, se fortalece la propia fe y se da un testimonio poderoso del amor de Dios.
Camina de manera humilde:
Una persona transformada reconoce que su transformación es un regalo de Dios y que no tiene mérito propio. Por lo tanto, camina con humildad, reconociendo que todo lo que tienen y son proviene de Dios. La Biblia dice en Santiago 4:10 “Humíllense ante el Señor, y él los exaltará”. La humildad permite reconocer la dependencia de Dios y también permite a otros ver a Dios en la vida de uno.
Tomemos Acción
El camino hacia la transformación verdadera requiere esfuerzo y dedicación. Pero con la ayuda de Dios y la guía de su Palabra, podemos aprender a caminar como personas transformadas, dejando atrás nuestro antiguo yo y avanzando hacia un futuro lleno de propósito y significado. Al confiar en Dios, fortalecernos en su camino, agradecer en cada paso y estar dispuestos a ayudar a otros, podemos experimentar la verdadera transformación y vivir una vida abundante y plena.
Oración
Señor, te pedimos que nos des el valor y la fuerza para caminar como verdaderos seres transformados. Que siempre busquemos tu guía y tu voluntad en cada paso que demos. Que no tengamos miedo de avanzar hacia adelante y dejar atrás nuestro pasado. Ayúdanos a ser humildes, agradecidos y dispuestos a ayudar a los demás en el camino. Fortalece nuestra fe y confianza en ti, para que siempre sepamos que tu transformación en nosotros es permanente y nos lleve a alcanzar el propósito que tienes para nuestras vidas. Amén.