El Espíritu Santo nos guía a toda verdad (Juan 16:13) y nos ayuda a comprender lo que Dios ha revelado a través de Jesús y los escritores de la Biblia. Además, el Espíritu Santo puede traer a nuestra memoria las verdades bíblicas en momentos oportunos para ayudarnos en situaciones específicas.
Es importante reconocer nuestra propia ignorancia y dependencia de Dios y el Espíritu Santo para entender su palabra y su voluntad. En 1 Corintios 2:8, el apóstol Pablo habla de la sabiduría de Dios que es incomprensible para la sabiduría humana. Solo a través del Espíritu Santo podemos entender las cosas que Dios nos ha revelado. Necesitamos humildad y disposición para recibir la guía del Espíritu Santo en nuestra vida diaria y en nuestro estudio de la Palabra de Dios.
¿CÓMO PERMITIMOS QUE ÉL ESPÍRITU SANTO OBRE EN NOSOTROS?
Orar por la guía del Espíritu Santo: podemos pedirle al Espíritu Santo que nos ayude a recordar las enseñanzas de Dios y que nos muestre cómo aplicarlas en nuestra vida diaria.
“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre” (Juan 14:16).
Leer y estudiar la Palabra de Dios: El Espíritu Santo nos ayuda a entender la Palabra de Dios, por lo que es importante leer y estudiar la Biblia regularmente.
“Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho” (Juan 14:26).
Meditar en la Palabra de Dios: Debemos meditar en la Palabra de Dios para permitir que el Espíritu Santo nos hable y nos muestre lo que Dios quiere que hagamos.
“Pero su delicia está en la ley del Señor, y en su ley medita de día y de noche” (Salmos 1:2).
Vivir una vida de obediencia a Dios: Cuando obedecemos a Dios, el Espíritu Santo nos fortalece y nos ayuda a recordar sus enseñanzas.
“Y nosotros somos testigos de estas cosas, y también lo es el Espíritu Santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen” (Hechos 5:32).
Mantener una relación íntima con Dios: Debemos cultivar una relación cercana con Dios para permitir que el Espíritu Santo nos hable y nos guíe en todo momento.
“Pero el que se une al Señor, un espíritu es con él” (1 Corintios 6:17).
TOMAR ACCIÓN
Debemos buscar una relación activa con el Espíritu Santo y permitir que Él tenga plena libertad para guiar nuestras vidas y enseñarnos acerca de Dios. Debemos recordar que Él es una persona, no una fuerza impersonal, y que desea estar presente en nuestras vidas diariamente. Podemos tomar acción al buscar una mayor intimidad con Dios a través de la oración, la lectura de la Palabra de Dios y la comunión con otros creyentes. También debemos estar abiertos y receptivos a la guía del Espíritu Santo en nuestras decisiones y acciones diarias.
ORACIÓN
Querido Dios, hoy te agradecemos por enviarnos al Espíritu Santo como nuestro guía y maestro. Te pedimos que nos des la sabiduría y el discernimiento para reconocer su presencia en nuestras vidas y para permitirle que nos recuerde todas las cosas que has enseñado. Ayúdanos a tener una relación activa con el Espíritu Santo y a ser obedientes a sus enseñanzas para que podamos vivir una vida plena y fructífera en ti.
Te pedimos también que nos ayudes a compartir el mensaje del Espíritu Santo con aquellos que nos rodean y a ser un reflejo de tu amor y gracia. Que podamos ser instrumentos de tu voluntad en la tierra y que nuestras vidas glorifiquen tu nombre. En el nombre de Jesús oramos, Amén.