Características de un niño egoísta:
- Dificultad para compartir juguetes y pertenencias con otros.
- Insistir en tener la última palabra o hacer todo a su manera.
- Mostrar enojo o frustración cuando no consiguen lo que quieren.
- Ser competitivos y tratar de ganar en todo momento.
- No prestar atención a las necesidades o sentimientos de los demás.
- Ser egocéntricos y hablar constantemente de sí mismos.
En Cristo entendemos que la vida no se trata de tomar ventaja y ser egoísta, sino de amar y servir a los demás. Jesús nos enseñó que el amor al prójimo es uno de los mandamientos más importantes y que debemos amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Ser egoísta va en contra de estos valores y puede llevar a una vida solitaria y vacía, en lugar de una vida llena de amor y satisfacción. Por lo tanto, es necesario ser transformados desde el egoísmo y vivir una vida centrada en el amor a los demás, siguiendo los enseñanzas de Jesús. Al hacer esto, podemos encontrar la paz interior y la verdadera felicidad que solo se puede encontrar a través de una vida centrada en Dios y en el servicio a los demás.
la transformación de la naturaleza egoísta de nuestra niñez requiere una renovación de nuestro corazón y una vida transformada por la fe en Jesucristo. La Biblia dice en Romanos 12:2 “No se conformen a este mundo, sino sean transformados por la renovación de su mente, para que prueben cuál es la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios”. Para llevar a cabo esta transformación, debemos cultivar una relación íntima con Dios a través de la oración, la meditación en su Palabra y el servicio a los demás.
Además, debemos aprender a vivir en humildad y amor hacia los demás, como dice 1 Juan 4:7-8 “Amados, amémonos los unos a los otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor”. Debemos buscar servir a los demás y poner sus necesidades por encima de las nuestras, como dice Filipenses 2:3-4 “No hagan nada por egoísmo o por vanagloria; más bien, humíllense, cada uno poniendo al servicio de los demás el bien que haya recibido”.
Cómo debemos cambiar nuestra naturaleza
Practicando la empatía:
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de los demás y comprender sus sentimientos y perspectivas. La Biblia nos instruye a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos (Lucas 10:27).
Siendo generosos:
La generosidad es una virtud que va más allá de dar dinero o bienes materiales. Se trata de compartir nuestro tiempo, talentos y amor con los demás. La Biblia dice que debemos ser generosos con aquellos que lo necesitan (Hebreos 13:16).
Cultivando la humildad:
La humildad es una actitud de reconocimiento de nuestras limitaciones y una disposición a aprender de los demás. La Biblia dice que debemos humillarnos a nosotros mismos y ser serviciales a los demás (Filipenses 2:3).
Perdonando:
El perdón es una forma de liberar a los demás y a nosotros mismos de la amargura y el resentimiento. La Biblia dice que debemos perdonar a los demás como Dios nos ha perdonado a nosotros (Mateo 6:14).
Buscando la unidad:
La unidad es una forma de vivir en armonía con los demás y trabajar juntos hacia un objetivo común. La Biblia dice que debemos hacer todo lo posible por mantener la unidad del Espíritu (Efesios 4:3).
Vivir como Cristo es el resumen de todos estos puntos y la clave para superar el egoísmo y vivir una vida plena y satisfactoria, tanto para nosotros mismos como para los demás.
TOMA ACCIÓN
La naturaleza egoísta que a menudo experimentamos desde la niñez puede ser un obstáculo en nuestro crecimiento y desarrollo como seres humanos. Sin embargo, esto no significa que estemos atrapados en esta forma de pensar y actuar. A través de una transformación personal y vivir como Cristo, podemos superar nuestros instintos egoístas y convertirnos en personas más amables, compasivas y generosas. Al hacerlo, podemos vivir una vida más plena y satisfactoria, y también ayudar a crear un mundo más amoroso y justo.
ORACIÓN
Dios todopoderoso, te agradecemos por tu amor y gracia en nuestras vidas. Te pedimos que nos ilumines y nos fortalezcas en nuestro camino hacia la transformación de nuestra naturaleza egoísta. Sabemos que no podemos hacerlo solos y necesitamos de tu guía y dirección para dejar atrás nuestro egoísmo y vivir como cristianos auténticos.
Te pedimos que nos des el valor y la determinación para ser humildes y servir a los demás, tal como lo hizo Jesús. Ayúdanos a ver a los demás como tú los ves, con amor y compasión, y a trabajar juntos hacia un futuro mejor para todos. Te agradecemos por tu presencia en nuestras vidas y por el poder de tu Espíritu para transformarnos y vivir una vida plena en ti. Amén.