¿Qué es la pereza?
La pereza puede ser en la mayoría de las veces miedo a asumir responsabilidad. La psicología dice que la pereza no es falta de voluntad para hacer algo, sino falta de deseo para hacer ese algo. Sin embargo, la Biblia tiene mucho que decirnos acerca de la pereza y los proverbios están llenos de recomendaciones y advertencias.

¿Qué dice la Biblia sobre la Pereza?

A menudo, nos encontramos luchando contra la tentación de posponer nuestras responsabilidades y tareas. Nos cuesta encontrar la motivación para hacer lo que sabemos que es correcto. La pereza también puede ser vista como una forma de desobediencia, ya que nos estamos negando a hacer lo que Dios nos ha llamado a hacer. En Santiago 4:17, se nos dice: “Así que cualquiera que sabe hacer lo bueno y no lo hace, comete pecado”. En La Biblia hay varios pasajes más específicos que hablan sobre la pereza, su relación con el trabajo y la responsabilidad los cuáles veremos a continuación:

La hormiga un ejemplo para el Cristiano

Proverbios 6:6: ‘Mira a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos y sé sabio'” El versículo nos llama a prestar atención a la forma en que la hormiga trabaja y a aprender de ella. La hormiga es conocida por su diligencia y su capacidad de trabajar duro, incluso cuando no es necesario. A menudo se utiliza como un ejemplo de cómo debemos ser diligentes y aplicar esa sabiduría a nuestras propias vidas.

 

El perezoso odia el trabajo

Proverbios 21:25: ‘El deseo del perezoso le mata porque sus manos no quieren trabajar'” El perezoso odia el trabajo y su vida está llena de excusas. Proverbios 26:13 nos dice que el perezoso se queja de que el león está fuera en el camino, cuando en realidad está en las calles de su propia negligencia. Además, Proverbios 12:24 nos enseña que “La mano de los diligentes señoreará, mientras que la negligencia será tributaria”. Es importante recordar que el perezoso no hará causa del invierno, pedirá en la siega y no hallará.

 

El perezoso no alcanza sus metas

Proverbios 20:4 nos dice: ‘El alma del perezoso desea y no alcanza nada, mientras que el alma de los diligentes será prosperada‘. La pereza nos impide alcanzar nuestras metas y deseos, nos mantiene estancados. Es importante recordar que la Biblia nos llama a ser diligentes en todo, especialmente en aquello que no nos gusta o no sabemos hacer. 

 

 

 

La diligencia como solución a la pereza

 

La Biblia nos enseña que la diligencia es la clave para superar la pereza por varias razones. En primer lugar, la diligencia es el antídoto contra la pereza ya que es el opuesto de esta actitud. La diligencia es una actitud activa y proactiva, mientras que la pereza es pasiva y reaccionaria. La diligencia nos impulsa a actuar y a hacer cosas, mientras que la pereza nos lleva a la inactividad y a la procrastinación.

 

La diligencia es una virtud cristiana importante.

La diligencia es mencionada varias veces en la Palabra de Dios como una cualidad deseable en un cristiano. Por ejemplo, en Colosenses 3:23 se nos dice “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres” esto nos habla de ser diligentes en todo lo que hacemos, pues todo debe ser hecho con un corazón de servicio a Dios.

La diligencia también se relaciona con la responsabilidad y la fidelidad.

 

Como cristianos, somos llamados a ser responsables con nuestras vidas y a ser fieles en nuestras tareas y responsabilidades. La pereza va en contra de estas cualidades y nos impide cumplir con nuestras responsabilidades y ser fieles a lo que Dios nos ha llamado a hacer.

 

Pablo es un gran ejemplo de diligencia y responsabilidad.

Él trabajó con sus propias manos para sustentarse y ayudar a los demás, enseñando a los cristianos la importancia de trabajar y ayudar a los necesitados. Hechos 20:35: “De ustedes no he pedido nada, ni les he quitado nada, antes sabéis que para lo que me ha sido necesario a mí y a los que están conmigo, estas manos me han servido en todo he enseñado, que trabajando así se debe ayudar a los necesitados'”.

 

Pablo nos llama a ser diligentes con los nuestros en nuestra propia casa.

1 Timoteo 5:8: “que el que no aporta para los de su casa ha negado la fe y es peor que un incrédulo” La Biblia nos llama a ser responsables y diligentes en nuestra vida diaria, especialmente en nuestra familia. Negar nuestra responsabilidad de proveer para nuestra familia es negar nuestra fe en Dios y no ser coherentes de nuestro testimonio del hecho de ser verdaderos cristianos.

 

Conclusión:

La pereza es una trampa en la que muchos caemos, pero como cristianos tenemos la responsabilidad de dejarla atrás y ser diligentes en todo, especialmente en aquellas cosas que no nos gustan o no sabemos hacer. La Biblia nos enseña que la diligencia es clave para el éxito y la ayuda a los demás. Es fundamental entender que no somos salvos por nuestras obras sino por la gracia de Dios, pero nuestras acciones si son un testimonio de nuestra fe y nuestra relación con Dios.

Tomemos decisiones radicales y contundentes y sigamos el ejemplo de la hormiga, preparando en el verano para cuando venga el invierno.

 

Oración:

Padre Celestial, te damos gracias por este día y por la oportunidad de reflexionar sobre nuestra vida y nuestras acciones. Sabemos que la pereza es un pecado que nos aleja de Ti y nos impide cumplir Tu voluntad. Pero hoy, nos comprometemos a dejar atrás esa pereza y a tomar la decisión de ser diligentes en todo lo que hagamos.

Ayúdanos a tener una actitud de diligencia en nuestro trabajo, en nuestras relaciones, en nuestro hogar, en nuestra relación contigo. Enséñanos a ser responsables y a asumir nuestras obligaciones. Guíanos para que podamos ayudar a los necesitados, compartir con ellos y ser un buen ejemplo para los demás. En el nombre de Jesús, oramos. Amen.

Ministerio Maná